miércoles, 12 de marzo de 2008

¿Porqué no?



Se dice que los seres humanos de nuestros días han perdido la capacidad de sentir, o al menos la reprimen, la mayoría, no todos claro, yo lo veo así, la humanidad se ha vuelto muy fría, muy impersonal, como las maquinas que le rodean.


Pero, tal vez se pueda dar marcha atrás, volver a cuando el ser humano “sintonizaba” con el mundo que le rodeaba, volver a sentir, a considerar como iguales a todos los seres vivos y respetar el mundo y sus habitantes, pues no somos dueños, ni amos, solo inquilinos.


Quizá sea más fácil de lo que parece volver a esa situación, acaso cuando uno es feliz, ¿no contagia la felicidad?, cuando a alguien le saludan por la calle, aunque sea un desconocido, le desean buenos días, y además le miran a los ojos, cuando recibe una oportunidad, le ayudan sin pedir nada, no se siente como arropado, por el calor de la humanidad, ¿no se siente uno mejor cuando hace lo que es correcto, o al menos lo que así cree? Si en el fondo es tan fácil, no nos acomodemos, esperando que lo recibamos, comencemos por darlo, ofrecerlo, y así, como el caer una tras otra las piezas del dominó, se irá contagiando.

Si en el mundo no se ve felicidad, creámosla.

Si no queda esperanza, destiladla, embotelladla y tiradla al mar, para que un náufrago la encuentre, y se embriague con tal ambrosia.